15 febrero 2011

Cinco nuevos microcuentos

ANDRES BONVIN (ARGENTINA)
La joven puta acaricia el pétreo rostro de María en la plaza, se santifica y derrama una lágrima por el niño que nunca despertó. Luego irá a revolcarse, por una moneda, con un cerdo ebrio de vino y fútil pasión, llorará por otro nuevo niño un nuevo día bajo el sol.

BEATRIZ COIRA RIOS (VIGO, ESPAÑA)
MIEDO
Marchó calle abajo dejando la estela de su puño frente a la puerta que no llegó a tocar; los sueños incompletos que había imaginado con ella, aletargados una vez más y las dos palabras no pronunciadas, en el aire abrazándose al susurro del viento que las alejaba, sin piedad, en direción al mar, cómplice de su eterno temor que, de nuevo, aplazaba su felicidad.

DIANA RUIZ LOPEZ (TOLEDO, ESPAÑA)
LA PREGUNTA
Hoy pregunté al viento del norte porqué venía tan furioso a buscarme. Su respuesta me dejó helada: aquella hoja de árbol que vimos ayer junto al cubo de la basura, le entorpeció el paso y le hizo tropezar con tan mala fortuna que perdió fuerza quedando tan sólo en una simple brisa veraniega.

OSCAR BASTANTE GODINA (BARCELONA, ESPAÑA)
EL ÚLTIMO SATÉLITE
Xwrtyg vio el comienzo del fin de su planeta. Un satélite de color rojizo, rodeado de un reluciente anillo de polvo, dejó de sostenerse en el cielo plomizo para caer como un globo pinchado, dando giros y dejando una fina estela de gas tras de sí, hasta estrellarse contra el suelo a muchos miles de kilómetros de su antaño estable órbita.

ELADIO BULNES (CÁCERES, ESPAÑA)
La mañana, enorme dentro del mundo, parecía un animal enorme enroscado
sobre sí mismo. Pablo salió del coche tambaleándose y adolorido, pero
aparentemente ileso. Caminó un par de metros y enseguida se detuvo.
Luego continuó caminando mucho más tiempo. En realidad no le importó
verse muerto dentro del vehículo.


Quien da el paso de compartir con los demás lo que su mente ha creado, influye en quienes le rodean de un modo que nadie puede llegar a medir. Desde el momento en que leemos un texto y pasa a formar parte de nuestra realidad, nos arriesgamos a que el camino que seguía nuestra vida hasta ese momento vire llevándonos por senderos desconocidos.
Gracias por hacernos soñar.

Coco.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...


Subir