En este libro Sara C. Bryant nos descubre, de una manera ágil y distendida, la importancia del viejo arte de contar cuentos. La autora nos va guiando a través de las páginas aportando claves y consejos sobre la mejor manera de lograr una narración perfecta. Como remate, El arte de contar cuentos recoge una selección de relatos clasificados en función de la edad y de la atracción que pueda suscitar al niño en una etapa determinada.
Muy recomendado para todos aquellos que quieren iniciarse en el arte de contar cuentos.
Sara C. Bryant clasifica las cosas que pueden ser contadas a los niños/as de la siguiente manera:
- Cuentos de hadas. Historias plagadas de personajes folclóricos tales como hadas, duendes, gnomos, elfos, gigantes… que a los niños les divierten y encantan.
- Cuentos con moraleja (que sólo aceptarán si son divertidos y no simplemente un mero modo de trasmitir cualquier tipo de enseñanza, actitud, valor o norma).
- Relatos de apreciación personal. Es decir, en los que se humaniza a animales, objetos… Tomemos como ejemplo un conejo que acude a la escuela, a partir de la cual el niño sacará moldes para desarrollar su pensamiento, actitud frente al hecho de tener que ir al colegio…Cuentos burlescos. Cuentos llenos de absurdos, disparates y enredos que les interesan enormemente ya que les hacen reír.
Historias que cuentan hechos científicos. Como por ejemplo “La abeja Maya”, en dónde se les cuenta cómo se organizan las abejas, la relación de éstas con el hombre, la función del apicultor…
- La novela. También puede ser adaptada para ellos ya que nos brinda muchas posibilidades de historias que a los niños les interesa saber. Los niños pequeños acostumbran a tener mucho interés por la vida de los demás y esto os ayudará mucho a la hora de contarles historias.
- Los relatos históricos. Para el niño, conocer las historias de aquellos que les han precedido temporalmente significa hacerse con el concepto de lo que es la Historia en sí.
Una vez establecida esta clasificación, lo que habréis de tener en cuenta son una serie de características fijas que han de cumplir vuestras historias:
En primer lugar estaría la rapidez de acción. En cada párrafo de vuestros cuentos ha de suceder algo sin que existan palabras vacías, todas ellas han de expresar algo concreto.
Sobran las descripciones largas y pintorescas. Al niño lo que le interesa es lo que hacen los personajes y no lo que sientan o las características del lugar en el que discurra la acción.
Otro elemento que fascina a los niños es lo que Sara C. Bryant denomina como “la sencillez teñida de misterio”. Intrigadles pero sin hacerlo de manera enrevesada o rebuscada.
El elemento reiterativo. Es muy curioso que esto funcione, pero al niño le gusta que se le repitan ciertas cosas, porque eso le dará la satisfacción de saber que lo había comprendido, que sabe de qué se le está hablando y que ha sido capaz de seguir una serie de incidencias a lo largo de una determinada historia.
No debéis olvidar que, al contar cuentos, lo que estáis haciendo es adaptar la realidad para los ojos de los más pequeños, por eso es muy importante que contrastéis los datos que les estáis proporcionando para así no confundirlos.
Y, por último, es importante que les habléis de cosas cercanas a ellos, de cosas que ya conocen. Esto os facilitará mucho las cosas tanto a vosotros como a ellos.
Además de esto de lo que hoy he decidido hablaros, dentro de “El arte de contar cuentos” también podréis encontrar una selección de cuentos clasificados por edades y en base al atractivo que pueden tener para el niño a lo largo de las diversas etapas de su vida.
Y colorín colorado, esto por hoy se ha acabado…
Información sacada del blog http://elcuentacuentos.com/blog/.