Sanmolontrópodos verdes
Me asustan las risas de quienes pretenden
guiñarnos un ojo e hincarnos el diente,
me río en sus caras con mi alma tunante
y aún me acongoja su ser petulante.
Con pluma certera enumero sus faltas,
También con mi dedo señalo sus taras,
Y al fin determino que nada merecen,
ni llanto, ni pena, pues de ellas carecen.
por Susana Brey.