31 mayo 2007

Limpieza bucal.


La cara del hombre que tenía sentado enfrente le resultaba ciertamente familiar. No sabía si lo había visto en la televisión, o tal vez en el periódico, pero sabía que debía ser famoso por algún motivo. Estaba dispuesto a levantarse para acercarse a él y entablar conversación, pero cuando hizo el ademán de aproximarse, se percató de que aquel hombre se levantaba para irse. Pensó que no era apropiado entretenerle con su charla, si era él el siguiente en entrar a la consulta del médico

Lo extraño fue que aquél individuo volvió a tomar asiento, como si se hubiera confundido de número. Esta era su ocasión, ahora podría acercársele. Pero, de nuevo, al intentar ir hacia él, el hombre se levantó, mirándole fijamente.

Es lo que tienen los espejos.
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